martes, 27 de enero de 2015

El Dios Abandona a Antonio. (Constantino Cavafis)


Se hizo tarde.
También se deshizo.
Se hizo y deshizo noche.
Se hizo día.
Te fuiste y se deshizo día.
No has vuelto
-al menos no en esa forma-
y se deshizo siempre.

Roberto Villar 



Cuando, de pronto, se deje oír a medianoche
el paso de una invisible comitiva,
con músicas sublimes y con voces,
tu suerte que cede, tus obras
malogradas, los planes de tu vida
que acabaron todos en quimeras, será inútil llorarlos.
Como el que está listo ya hace tiempo, como el valiente,
despídete de ella, de la Alejandría que se marcha.
Sobre todo, no te engañes, no digas que fue
un sueño, ni que se confundieron tus oídos;
no te rebajes a tan vanas esperanzas.
Como el que está listo ya hace tiempo, como el valiente,
como te corresponde por haber merecido tal ciudad,
quédate firme frente a la ventana
y escucha con emoción
—no con las súplicas y las quejas de los cobardes—
el rumor, cual un último deleite,
los sublimes instrumentos de la secreta comitiva,
y despídete de ella, de esta Alejandría que pierdes para siempre.




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